Intentamos retomar el ritmo y la rutina de todos los días después del verano. Nuestros dos hijos ya han empezado la escuela, aunque salen más temprano de lo normal durante este primer mes. Esto significa que meriendan en casa, y hay que decir que después de jugar todo el día, comiendo a las 12.30, al despertar de una buena siesta, sin dudas lo que más se desea es una rica merienda .
El postre que hemos preparado, es una merienda ideal para los y las hambrientas de media tarde. Una versión de una famosa torta austriaca, la Linzertorte, en este caso elaborada sin huevos y con muy poca azúcar.
Ingredientes:
300 gr de harina integral
1 cucharadita de canela en polvo
1cucharadita de clavos en polvo
100 gr de azúcar integral de caña
150 de mantequilla
1 cuchara de leche
Medio pote de mermelada
En un bol se disponen la harina, el azúcar y las especias, clavos y canela. Se añade, entonces, la mantequilla y se amasa con la punta de los dedos para que la mantequilla se mezcle bien con todos los ingredientes, hasta obtener un compuesto de migas. Se suma la leche, una cucharada o algo más, para que el compuesto se vuelva homogéneo y liso. Se precalienta el horno a 200º. Se extienden ¾ parte de la masa en un molde, y se hornea durante 15-20 minutos hasta que esté dorado. Se saca entonces del horno, y se esparce la superficie con mermelada, se extiende el último ¼ de la masa y se pone encima. Se vuelve a hornear para 10 minutos. Se saca del horno y se deja enfriar. Una vez esté frio se puede cortar a gustos.
Sugerencias:
Esta cantidad es adaguada para un molde redondo de 24 cm de diámetro.
Os recomendamos, tantos los clavos como la canela, pisarlos en el mortero justo antes de utilizarlos, así su aroma será más intenso.
Lo mejor es utilizar mermelada casera, en este caso nosotras no teníamos, pero hemos comprado una de cerezas biológicas, sin azúcar, endulzada con pulpa de manzana, realmente deliciosa.
Esta vez hemos cortados la torta en cuadraditos, es una forma de presentarla, pero por supuesto no es la única, espacio a la fantasía de cada persona
Esta receta la hemos leído en el libro “Biscotti e dolcetti” de Carla Bardi.