¡Empezamos la temporada de helados!

Ya empieza a hacer calor y apetece tener siempre en la heladera alguna cosa fresquita. Nada mejor que helado, y por su puesto casero. ¿Por qué casero? Porque así podemos controlar y decidir que ingredientes queremos y sobretodo cuales NO queremos . Al mismo tiempo podemos elegir y combinar sabores que nunca encontraríamos en el mercado.

Hacer helado en casa es muy sencillo, rápido y para nada complicado. Además es un placer, ver como tu familia, tus amigos y amigas disfrutan de tu helado casero, que, por su puesto tiene todo otro sabor respecto al helado comprado, tanto en el súpermercado, como en una heladería artesanal.

A la hora de preparar helados hay que seguir muy bien las cantidades recomendadas en las recetas, porque es la correcta combinación de agua y azúcar, o de azúcar y grasa la que permite que el compuesto que hemos preparado, enfriándose incorpore correctamente el aire y asuma esa consistencia cremosa típica del helado.

Otra recomendación es no preparar grandes cantidades. El helado casero se elabora sin conservantes y con productos naturales por lo tanto es recomendable no guardarlo durante mucho tiempo en el congelador, si no que hacer las cantidades justas para consumirlas en el momento o en los días siguientes. De todos modos siempre que tengamos un antojo podemos prepararlo .

Eso sí, el resultado es mucho mejor si se tiene en casa una máquina para hacer helados. Las hay de muy sencillas con precios muy accesibles, y nosotras os podemos asegurar que es una muy buena inversión. Estás maquinas están compuestas por dos parte. Un cesto de acero, que internamente tiene un liquido congelante y se pone en el congelador 8 horas antes de preparar el helado, y un motor con una pala que da vueltas. Una vez se tiene el compuesto del  helado listo se pone en la maquina.  El cesto enfría el compuesto mientas que la pala va dando vueltas incorporando aire y haciendo que el compuesto crezca de volumen, no se congele en las paredes y adquiera la consistencia de helado. Para esto se tarda unos 30 minutos. Y una vez terminado este proceso el helado está listo para ser consumido o se puede poner en un contenedor en el congelador.

Si no se tiene la maquina y se quiere preparar helado manualmente, lo que hay que hacer es dar vueltas al compuesto cada tanto en las primeras horas que está en el congelador. Por su puesto que el resultado no es lo mismo, pero es bastante aceptable.

Hablando de helados y consejos para prepararlos es mejor dividirlos  en dos grandes categorías:

• helados de fruta con base de agua
• helados cremosos, que a su vez pueden ser de base blanca con leche y nata o de base amarilla con leche, nata y huevos.

Elaboración de la base de agua:

Los helados de fruta son muy ricos y sanos, ya que solo contienen agua, azúcar y purea de fruta fresca, son ideales para los niños y las niñas, siempre y cuando se toman con moderación por la gran cantidad de azúcar que contienen.

La base de agua se prepara con agua y azúcar, la proporción es la siguiente: 250ml de agua por 180g de azúcar. Se pone en una olla, el azúcar y el agua y se deja hervir durante 2 minutos. Se apaga se deja enfriar y se utiliza junto con la purea de fruta elegida, o se puede guardar en un contenedor en la nevera durante una semana.

Elaboración de la base blanca:

Esta es la base para la elaboración de gustos como vainilla, yogurt, coco, café, merengue, stracciatella, turrón.

Ingredientes:
500ml de leche
100ml de nata
250g de azúcar

En una olla se pone la leche, y el azúcar y se lleva a hervor, con flama dulce, mesclando cada cuando. Cuando rompe a hervir se saca del fuego y se añade la nata. Se pone entonces a enfriar intentando hacerlo lo más rápidamente posible. Cuando alcanza la temperatura ambiente se pone en un contenedor en la nevera y se deja reposar por 5/6 horas.

Elaboración de la base amarilla:

Esta base se elabora con huevo, y se utiliza en la elaboración de gustos como el mascarpone, el chocolate, o la vainilla:

Ingredientes:
400ml de leche
200ml de nata
3 yemas de huevo
120 gr de azúcar

En una olla se pone a hervir la leche y la nata. En un bol se baten las yemas con el azúcar, se añade entonces la leche y nata calientes, se amalgama y se vuelve a poner en el fuego. Con llama suave se lleva a hervir revolviendo continuamente con una cuchara de madera.

Estas son las tres recetas que sirven de base para la elaboración de los helados que os iremos proponiendo este verano! Así que ahora solo queda empezar a preparar los gustos que querramos